Entrevista a Nico Montero en R21. Enero 2018
¿Te ha marcado en la vida el hecho de que tu madre naciera en la cárcel?
Mi madre nació en la cárcel real de Cádiz. Mi abuelo era el director de la prisión, y la familia del director vivía en la cárcel. Mi madre siempre me contó muchas anécdotas y vivencias de los presos, de sus familias, de la penosa realidad de la cárcel. Eso ha provocado en mí la necesidad de trabajar intensamente para prevenir que los jóvenes entren en una dinámica que les termine conduciendo a prisión. Creo mucho en el poder de la educación, y por eso mi trabajo como director de un macro-instituto público va encaminado en esa dirección: Formar buenos ciudadanos. Al mismo tiempo pongo en juego mis visitas a las cárceles a cantar a los presos, últimamente a la prisión de máxima seguridad Puerto 1 en Cádiz, con presos de condenas de primer grado que necesitan también palabras de esperanza y salvación.
La congregación salesiana, el estudio de la Filosofía, tu compromiso personal están presentes en tu obra musical.
Así es. Soy una confluencia de muchos aprendizajes, valores asumidos y experiencias. El carisma de Don Bosco llegó a mi vida para quedarse y me siento muy feliz de ser salesiano cooperador. Por eso mi música encuentra en los jóvenes su gran desafío. Estudiar Filosofía y Teología en Granada abrió mi mente y mi corazón, y me ayudó a formarme para escribir letras que lleguen al corazón, pero también que interpelen e interroguen conectando Fe, Razón y Vida con canciones diseñadas parar que no dejen indiferente.
Hace muy poco estrenaste un musical sobre santa Micaela María.
Ha sido una maravillosa aventura escribir un Musical sobre Santa María Micaela, a petición de la Congregación de las Adoratrices. Sigue siendo de mucha actualidad la lucha contra la trata de personas y el trabajo con mujeres en contextos de prostitución que desarrollan las hermanas. Yo solo he puesto música a un carisma rico, comprometido y al mismo tiempo de una espiritualidad profunda.
¿Y las obras de teatro-musical “La belleza de hacer el bien” y “Servir a Dios es reinar”?
Últimamente me he convertido en el escritor de musicales para Congregaciones. Acabamos de estrenar dos nuevas obras de teatro musical. Una sobre el Padre Usera para las hermanas del Amor de Dios y otra sobre la Madre Encarnación, fundadora de las franciscanas del Rebaño de María. Me supone mucho trabajo de estudio y empaparme de los diferentes carismas, para escribir una obra de teatro dinámica y con fuerza y escribir canciones que expresen el carisma fielmente. Los resultados están siendo espectaculares y la difusión de la riqueza de los fundadores y sus carismas es excepcional.
¿Cómo dirías que es la salud de la música religiosa en España?
He tenido la suerte de publicar 14 discos, pero, muchos hermanos que hacen música católica abandonan por desgaste, por falta de apoyos, por falta de acompañamiento. Esa dinámica está cambiando, y el Premio Bravo que me concedieron es una muestra de ello. Hay solistas y grupos en España y Latinoamérica haciendo unos trabajos de gran valor pastoral. Sin embargo, la música católica no es del todo conocida por los agentes de pastoral. Puedo decir con ilusión que en estos tiempos vivimos una apuesta más decidida de nuestra Iglesia por la música católica contemporánea. Desde hace 3 años se celebra en Madrid el Primer Encuentro de Músicos Católicos, organizado por la Conferencia Episcopal Española, y se está esbozando un proyecto nacional para empujar y alentar a los artistas católicos desde la propia Conferencia Episcopal. Creo que están por llegar muy buenos tiempos para la Música Católica en España, donde se apueste por formar, apoyar y acompañar a los músicos católicos. Ya era hora.
